sábado, 26 de marzo de 2011

«Los gitanos han conservado cuentos que nosotros ya habíamos perdido»


Informático de la Agencia Tributaria de profesión, para Javier Asensio García (Calahorra, 1958) el folklore y la cultura popular es mucho más que una afición, es una pasión. Fruto de ella ha publicado libros como 'Romancero general de La Rioja' (2008) y, recientemente, 'Cuentos populares de los gitanos españoles' (Siruela, 2011), que presenta hoy, a partir de las 19 horas, en el Espacio Fundación Caja Rioja-Santos Ochoa.
-Después de investigar la cultura popular riojana, ¿por qué se centró en los cuentos de los gitanos?
-Empecé a notar que había una tradición oral potente en la cultura gitana. Comencé con los de aquí y los de Navarra e intenté profundizar lo más posible. La primera vez que oí a una madre gitana decir que se sabía unos versos de Bernardo del Carpio me pareció muy interesante porque eso es épica medieval.
-Y, de nuevo, el grueso de la investigación ha sido oral, ¿no es así?
-Los mercadillos es un lugar muy bueno porque se concentran muchos gitanos. Del mismo modo que te ofrecen una zapatilla, como son gente muy abierta, te cuentan este tipo de historias. Los gitanos y los paisanos (como nos llaman, no «payos», que es despectivo) vivimos de espaldas. En La Rioja hay dos familias muy asentadas, los Gabarri y los Jiménez, y son gente muy normal. Aquí viven gitanos de Extremadura, Navarra... y también me he movido a mercadillos de Soria, Burgos, Zaragoza... Además, en internet he encontrado información.
-¿La condición nómada de los gitanos fomenta esta cultura?
-Donde mejor se han conservado estos cuentos es en campamentos, y la generación actual vive en pisos. Sus abuelos vivían en cortijos, y en ese ambiente, con deportes y juegos populares, también se contaban y escenificaban cuentos.
-¿Qué diferencia puede haber en los cuentos de los gitanos?
-Han conservado cuentos que nosotros ya habíamos perdido. Hace cien años era fácil encontrarlos entre los paisanos, y ellos, los buenos informantes, se acuerdan de que sus abuelos les contaban esas historias que, básicamente, son iguales.
-¿Y qué elementos contienen?
-La épica les gusta mucho. Un gitano lo mismo te puede hablar de El Cid que de un tío suyo que se enfrentó a dos guardias civiles. Adoran la valentía. Y también la fantasía. Tienen muchos cuentos que, más bien, son leyendas: tesoros escondidos, malos farios, espíritus... Son historias que les turban, hasta te confiesan que les da cosa contarlo.
-Muchos de estos cuentos, en realidad, parecen chistes...
-La diferencia entre cuento y chiste es mínima. En ambos el oyente debe resolver cuál es el enigma. Y muchos, sí, hablan de la Guardia Civil, del engaño... Pero forma una parte inferior de su cultura. No les sienta demasiado bien esas 'gitanadas', aunque les hagan gracia, porque es una idea preconcebida que tenemos.
-¿También reescriben los cuentos?
-Sí. El cuento de Bernardo del Carpio se cuenta por toda España. Y tiene variantes en el final. Unos dicen que pasó en los llanos de Calahorra, otros en Villaverde... Es curioso.

Publicado en larioja.com 26.3.11

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