lunes, 5 de diciembre de 2011

Cuento ministerial


Recordaba Ana María Matute cuántos relatos infantiles había escrito tecleando una vieja Hispano Olivetti al tiempo que mantenía a su hijo sentado en su regazo. Hay una foto, hermosísima, de ello, que sigue siendo toda una declaración de principios.

La escritora podía trabajar a duras penas con su hijo "a cuestas" mientras creaba personajes fantásticos. Dicen los estudios que, actualmente, la presencia laboral femenina ya no es una opción, "o trabajas o trabajas". ¿Se ha reflejado eso en la literatura infantil y juvenil? ¿Cómo son "las madres de cuento" hoy?

La ministra de Cultura, ÁngelesGonzález-Sinde, ha publicado una novela infantil donde sigue dando vida a Rosanda, su personaje preferido, una singular niña de siete años. De hecho, en el primer libro de cuentos de la ministra - Rosanda y el arte de birli birloque-con el que debutó como escritora infantil y que recibió en el año 2006 el premio Edebé, "la madre" del cuento es una ajetreada profesional que se reparte entre el trabajo, la casa y las dudas de cómo educar a su hija, ahora que se ha separado. Siempre en clave de humor: "Su madre no se relajaba nunca porque decía que relajarse la ponía nerviosa".

En aquella primera entrega la madre de Rosanda llega a tal nivel de estrés que en lugar de enviar la carta a los Reyes de su hija, envía la lista del supermercado... "No me importa, mami... - le dice resignada-no importa que los Reyes me traigan jamón de York y café y suavizante".

"Para ser efectiva y cautivar al lector la literatura infantil y juvenil tiene que ser capaz de reproducir el mundo en el que ese lector vive. Si ha cambiado el papel de las mujeres en nuestra sociedad, también han cambiado los personajes femeninos en obras contemporáneas", explica González-Sinde a La Vanguardia.

Pero hay que tener cuidado, advierte. "Eso no significa que yo sea partidaria de la corrección política ni mucho menos de enmendar la plana o modificar cuentos tradicionales. Me gustan tal cual son. El significado de muchos cuentos e ilustraciones es mucho más profundo que la mera apariencia".

La madre del cuento de la - todavía-ministra ya no sigue el clásico prototipo de las madres de relatos. En su vida cotidiana, en su vida real - que no literaria-ÁngelesGonzález-Sinde sabe bien lo que es estar al cargo de sus dos hijas, Estrella y Valentina, más los dos hijos de su compañero, todos menores de edad. Es lógico, pues - concluye-que también en la literatura los roles se inviertan.

En su último relato - Rosanda y el ángel-recién publicado por Edebé arranca con su niña entrando al supermercado. "Corre rápido hacia las cajas pero, para cuando llega... su padre ya está al otro lado de las puertas cerradas, cargando el coche ¡Va a pasar la noche en el hipermercado!". Hace unas décadas, ¿la hubieran ubicado allí con su padre o, con más probabilidad, con su madre?

"Los cuentos transmiten roles, te dan permiso para sentir, para temer o vencer tus miedos o para desear lo prohibido. Legitiman las intuiciones de los niños y, de algún modo, les dan cauces", explica la ministra aunque reconoce ser "poco partidaria de domesticar a niños mediante la literatura. Más bien creo que debe ayudarles a soñar y ser libres. Los cuentos deben permitir soñar a las niñas con ser cualquier cosa que deseen, sin etiquetas ni prejuicios". Repite esta mujer, que también fue guionista, la máxima de David Grossman por la que la literatura no puede cambiar la realidad... pero puede evitar que la realidad te cambie a ti.

MAITE CARRANZA Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2011

Publicado en La Vanguardia 3 de diciembre de 2011

miércoles, 8 de junio de 2011

"Mama, quiero ser princesa"


Las princesas han vuelto. Hoy, miles de mujeres educadas en los setenta por madres feministas, que rompieron moldes al vestirlas con pantalones, observan cómo sus hijas pequeñas aman el rosa, las faldas abullonadas y se saben de corrido los nombres de las princesas de Disney


En el armario de Marta, cuatro años, el rosa abunda. De hecho, si de ella dependiera, iría vestida enteramente en este color. Técnicamente, podría: tiene tres pares de medias en distintos tonos de rosa, una falda, un pantalón, un vestido, dos jerseys, varias camisetas, un par de bambas y un anorak. Por no mencionar los clips, las diademas y las gomas del pelo, en las que este dulce tono es omnipresente.
Aunque la madre de Marta es la responsable de su contenido, a veces, cuando abre el armario de su hija, se maravilla de que ella, quien de niña odiaba el rosa, la haya provisto de tantas prendas de esta gama. Mientras se pregunta si no hay alguna incongruencia en ello, su mirada se posa en la hilera de disfraces que también se guardan allí. Sin duda, los favoritos son los de la Bella Durmiente, Blancanieves y Cenicienta: las tres princesas Disney más famosas. Los disfraces son heredados y las tiaras y los zapatos de tacón a conjunto (dos pares, de plástico rosa), regalos, por lo que en ese frente la madre de Marta no se siente demasiado responsable... Sin embargo, cuando cierra el armario y recorre en panorámica las estanterías del cuarto de la niña, no tiene más remedio que admitir que su hija, por tener una madre a quien nunca le gustaron las princesas, está bastante bien surtida en este campo. Los estantes exhiben un castillo de Cenicienta fucsia, el panteón de pequeñas figuras de las ya diez princesas Disney, una Barbie Aurora y otra Ariel, un teléfono móvil de plástico (también de Cenicienta), varias varitas mágicas de hadas buenas y un surtido de cuentos (con tapas rosas y brillantes), en los que las protagonistas son ellas: las princesas.
Marta no es, ni de lejos, la única niña atraída por unos personajes que para la antropóloga Apen Ruiz podrían considerarse como “el mito romántico más poderoso y duradero que nunca ha existido”. Las princesas: bellas e inocentes doncellas cuyas historias han oído generaciones y generaciones de pequeñas, fascinadas por sus infortunios de todo tipo pero que, como describe la antropóloga, “tienen en común el ser rescatadas y salvadas por un maravilloso príncipe por el cual dejan atrás su vida para vivir feliz para siempre a su lado”. Las historias de princesas son fundamentales dentro del género de los cuentos de hadas, que dominaron los hermanos Grimm. Historias que aunque se hayan repetido hasta la saciedad, nunca pasan de moda. “Sí, las princesas son muy muy antiguas pero, a la vez, muy actuales –afirma Mireia Trias Folch–, y en muchas de las culturas, los cuentos que protagonizan nos remiten al rito de pasaje de la niña de púber a mujer”. Para esta psicóloga barcelonesa, las narraciones de este tipo también han servido para transmitir lo que ella llama fantasías optimistas. “Los mecanismos psicológicos que ponen en marcha son los de la identificación. El niño se identifica con uno de los personajes, sufre todo tipo de tribulaciones con el héroe o con la princesa y, finalmente, triunfa con ellos. Estos procesos suponen una esperanza de solución para los miles de anhelos e inquietudes cotidianas de los niños quienes, a menudo, no saben ni cómo llamarlos ni de donde provienen”. Así que, en opinión de Trias, estos cuentos son un buen recurso. “El problema es que el mito hoy se ha convertido en producto: creo que su sentido original y positivo se ha distorsionado, cambiándolo por un objetivo al servicio de otros intereses”.
Lo cierto es que la sociedad de consumo ha abrazado a las princesas con ganas, transformándolas en un inmenso producto que puede materializarse tanto en muñecas como en cepillos de dientes, vasos, sábanas, gafas de sol y ropa interior. Solamente la franquicia “Princesas Disney”, iniciada casi por casualidad en el 2000, cuenta con más de 25.000 productos derivados de las películas sobre Cenicienta, la Bella Durmiente, la Sirenita, Bella, Jasmine, Mulan, Pocahontas, Tiana y, más recientemente, Rapunzel. “Hoy la industria cultural no proporciona a las niñas libertad de decisión sobre sus sueños, y la cultura de princesas se vuelve homogénea y dominante”, observa Apen Ruiz.
Pero antes de que el consumismo las pervirtiera, ya había detractores del modelo princesas. Su papel, más bien pasivo (en general han de ser rescatadas por el hombre), y la importancia de su aspecto físico (siempre agraciado, por supuesto), no transmiten mensajes muy edificantes. “Quizás la de las princesas sea la primera salva que reciben las niñas en lo que va a ser una lucha de por vida sobre su imagen”, escribe Peggy Orenstein, autora del libro Cinderella ate my daughter (Cenicienta se comió a mi hija), quien se ha convertido en una experta en la princesización infantil. Un artículo suyo sobre este fenómeno en The New York Times fue tan bien recibido que le impulsó a escribir el libro, donde trata de entender la fascinación por estos personajes y denuncia los excesos del marketing. Para Orenstein, el boom de las princesas influye en la actual hipersexualización de las niñas y en los problemas derivados de la obsesión por la imagen que afectan a tantas adolescentes.
La periodista se describe como una madre feminista: lo mismo que Ana, una barcelonesa de 40 años con dos niñas de seis y cuatro. Ella fue criada en los setenta, cuando en España una generación de mujeres abrazaba el feminismo y luchaba por la igualdad de derechos entre sexos. “De pequeña, en mi casa no habían diferencias con mis hermanos. A mí nunca se me educó especificamente como a una niña y, aunque no era un chicazo, prefería los pantalones a las faldas, jugar a indios que a princesas y leer Mafalda antes que cuentos de hadas”. Hoy Ana observa cómo sus hijas se le parecen en muchas cosas pero, a diferencia suya, les chiflan las tiaras, el rosa y aman a Blancanieves. “A muchas de mis amigas les pasa lo mismo y, aunque creo que es una etapa –de hecho la mayor ya está saliendo un poco de ella–, a veces me pregunto de dónde viene esta tendencia, si es algo inherente en las niñas... ¡Porque de mí no lo ha aprendido!”, asegura.

¿Está, entonces, escrito en el ADN de nuestras hijas esta pasión por lo princesil? Apen Ruiz considera que sería “un error histórico y antropológico afirmar que el querer ser princesa es una manera innata de expresar la feminidad”, aunque puntualiza que cada cultura tiene y ha tenido mecanismos (como hoy el marketing) que definen los roles sexuales dominantes. “Quizás en este momento la condición femenina asociada al papel de princesa es hegemónica”. La profesora Marta Selva Masoliver, ex presidenta de l’Institut Català de la Dona, coincide en que el de las princesas ha sido en los últimos años un tema recurrente en la preocupación de madres y padres. “Creo que se debe a que es una de las primeras manifestaciones en las que se explicita la autonomía de las niñas frente a los deseos de sus progenitores”, argumenta, aunque añade que la cantidad de inputs que las niñas reciben a través de los medios de comunicación son asimismo clave sin olvidar la influencia “de aspectos psicológicos, de maduración y de entorno social, que facilitan la adhesión de amplios grupos de niñas a los modelos propuestos”.
Para este reportaje, Selva le preguntó a una ex princesa de ocho años (quien considera desdeñosamente que esta es una etapa pasada), qué le atraía de ellas. “Las respuestas fueron clarísimas –explica–: las princesas eran muy guapas porque todo el mundo se lo decía continuamente y gracias a ser tan guapas todo el mundo las quería… Y, además, estaba el tema del amor”. Aunque el interés por el amor en las niñas de entre cuatro y seis años es algo normal, a Marta Selva le preocupa que con estas historias se cuele en los imaginarios de las niñas “un modelo de amor romántico y dependiente en el que la consecución del éxito social pasa porque alguien valore tu físico y tu capacidad de seducción de una manera casi exclusiva”. Selva considera que este tipo de valores “poco tiene que ver con la libertad femenina.”
¿Deberían, entonces, los padres poner en perspectiva un mito como el de las princesas? Para Marta Selva, hablarlo es importante, pero cree que el ritmo actual hace que los padres no presten demasiada atención a las influencias que reciben sus hijos, “dejando a menudo a su libre albedrío la construcción de la autoestima y desaprovechando la oportunidad de hablar sobre este y otros asuntos”. La antropóloga Apen Ruiz cree que hay que hacerles entender a las niñas que un hombre perfecto no va solucionarles la vida. “Es importante, por ejemplo, mostrar que no es necesario dejar de lado un proyecto personal profesional para tener una familia”.
Los modelos reales de princesas, sin embargo, sirven poco para respaldar argumentos de este tipo. La fascinación del público adulto y los medios de comunicación con estas mujeres es enorme y, como sucede en los cuentos, la cualidad que de ellas se destaca más es la de la belleza. La preparación es secundaria. Vale más un buen porte que un título universitario; una sonrisa perfecta que hablar cinco idiomas... La última adhesión al elenco de princesas, Kate Middleton, estudió en la universidad, sí, pero desde que se licenció se dedicó a esperar a que su príncipe se decidiera a pedirle en matrimonio. Los varios años de espera no los dedicó a labrarse una carrera, sino a perfeccionar un físico ya de por sí agraciado y a crear un estilo que hoy causa furor. En el fondo, la hoy princesa Catalina ya intuía que eso iba a ser lo importante. Otras princesas mucho más formadas han de procurar no quitarle protagonismo a sus maridos y asumir que interesa más lo que llevan que lo que hacen. Algunas, como Masako de Japón, con títulos de Harvard y Cambridge, no han resistido la vida palaciega y han caído en la depresión. Otras, como Diana de Gales, se han convertido en mitos trágicos, venerados por millones de personas.
Pero, en general, las princesas viven la mar de bien. Tienen obligaciones, sí, pero sus privilegios son muchos: de no volver a hacer una cola en su vida a residir en casas en las que ni el espacio ni la hipoteca resultan un problema. Además, su situación laboral (y la de sus descendientes) está bastante asegurada. No es de extrañar, pues, que como rezaba un anuncio de una emisora de radio un día antes de la última boda real inglesa: “Las niñas todavía quieren ser princesas”.

domingo, 24 de abril de 2011

Cuentos de hadas hechos películas


Este fin de semana se estrena `La chica de la capa de rojo´, basada en el cuento infantil. Aquí otras historias para niños llevadas a la pantalla grande.
CAPERUCITA ROJA
Caperucita roja
Amanda Seyfried es quien da vida a este personaje de cuento. (Foto: Especial)



La primera vez que se escuchó esta historia fue en 1697 y fue contada por el escritor Charles Perrault, quien pretendía prevenir a las niñas de lo malo que era hablar con extraños. Cuando realmente se dio a conocer este cuento fue en 1812, gracias a los famosos hermanos Grimm, que pulieron la historia y crearon a esta niña que usaba una capa roja y que hoy es conocida mundialmente.


La versión moderna de la historia es “La chica de la capa de rojo”, una producción de Catherine Hardwicke, la misma que realizó la primera parte de la saga de vampiros “Crepúsuculo”. Se estrena este fin de semana en los cines mexicanos y es protagonizada por Amanda Seyfried.

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Alicia en el país de las maravillas
Alicia en el país de las maravillas fue escrita por Lewis Carroll. (Foto: Especial)

Este cuento fue escrito por el matemático y escritor británico Lewis Carroll en 1865; fue en 1998 cuando durante una subasta se logró vender un ejemplar de la primera edición en 1.5 millones de dólares.

Esta historia se ha llevado varias veces al cine desde 1903, incluyendo en dibujos animados –como la inolvidable de Disney (1951)- y sin duda la más reciente y memorable es la de Tim Burton (2010), quien eligió a Johnny Depp para interpretar al Sombrerero Loco y a Mia Wasikowska para ser Alicia. También contó con la participación de Anne Hathaway como la Reina Blanca y Helena Bonham Carter como la Reina de Corazones.

PETER PAN

Peter Pan
Peter Pan es uno de los clásicos de Disney. (Foto: Especial)

Este personaje fue creado por el escritor escocés James Matthew Barrie para una obra de teatro que estrenó en Londres en 1904, aunque fue hasta 1911 que decidió contar las aventuras de este niño en un libro y posteriormente en varios relatos y novelas.

Disney decidió retomar el cuento para una de sus películas en 1953, siendo de las clásicas del estudio de animación; posteriormente fue Steven Spielberg quien la llevara un paso más allá en el cine con “Hook”, donde cuenta la historia de este niño ya siendo adulto, interpretado por Robin Williams y como Campanita, Julia Roberts.


CENICIENTA
Cenicienta
Drew Barrymore interpretó a Danielle de Barbarac en `Ever After´. (Foto: Especial)


Es una historia creada en Europa y existen varias versiones, una de las más conocidas fue la del francés Charles Perrault, quien finalmente decide escribirla en 1697, sin embargo los hermanos Grimm fueron los que la hicieron famosa, no sin antes cambiarle varios detalles al cuento.

En 1950 los estudios Disney la llevaron al cine, apegándose sobre todo a la versión de Perrault. Sería en 1998 cuando alguien de carne y hueso diera vida a este personaje, la elegida para el papel fue Drew Barrymore en la película de Andy Tennant, “Ever Alter”. El príncipe fue interpretado por Dougray Scott y el papel de la madrastra fue para Anjelica Huston.


ROBIN HOOD

Robin Hood
Kevin Costner la hizo de Robin Hood, pero el más reciente en interpretarlo es Russell Crowe. (Foto: Especial)


Más que un cuento de hadas esta historia está basada en un personaje que vivió durante el siglo XI y aunque no se sabe si en realidad existió, diversos historiadores han encontrado rastros de varios hombres que pudieron haber sido este famoso bandido.

La primera vez que se escribió sobre él fue en 1377 en una declaración del sacerdote Sloth, quien aseguró conocer las rimas de Robin Hood, posteriormente apareció en varias baladas, y poemas. Fue en 1820 cuando finalmente se escribe una novela –“Ivanhoe” por Walter Scott - donde aparece este personaje y posteriormente fue el protagonista de varios escritos, entre ellos de Alejandro Dumas, Howard Pyle, entre otros.

Walt Disney decidió llevar este relato en una película animada en 1973, donde lo más recordado es que todos los personajes fueron representados por animales, Robin era un zorro.

Ha habido muchas películas de este ladrón que robaba a los ricos para ayudar a los pobres, pero una de las más recordadas -y no precisamente la más reciente- es la de “Robin Hood, el príncipe de los ladrones” (1991), en donde vimos a Kevin Costner dar vida a este bandolero.

Publicado en Quien el 20.4.11


Cuentos de hadas hechos películas


Las historias infantiles han sido, por años, éxitos seguros para Hollywood.
Por eso no es de dudar que muchos libros se han llevado a la pantalla grande, arrasando en la taquilla de todo el mundo.
“Robin Hood”, “Blancanieves”, “Alicia en el país delas maravillas”, “Cenicienta” y “Peter pan” son algunas de las que detallamos en esta nota, y desde luego, no podemos dejar fuera la sinopsis de “La chica de la capa de rojo” basada en “Caperucita roja” pero con más terror y suspenso.
Además
“La sirenita” un cuento de hadas escrito de el escritor y poeta danés Hans Christian Andersen (1805-1875). Fue llevado al cine el 17 de noviembre de 1989, por Walt Disney Pictures bajo el nombre La Sirenita (The Little Mermaid), sin embargo, existen algunas diferencias entre el texto original y la producción de Disney. También resaltan “Rapunzel”, “Tinkerbell”, “La bella y la bestia” y “Pinocho”.
“ROBIN HOOD”
Diversos historiadores han encontrado rastros de varios hombres que pudieron haber sido este famoso bandido.

La primera vez que se escribió sobre Robin Hood fue en 1377 en una declaración del sacerdote Sloth, quien aseguró conocer las rimas de Robin Hood, posteriormente apareció en varias baladas, y poemas. Fue en 1820 cuando finalmente se escribe una novela: “Ivanhoe” por Walter Scott, donde aparece este personaje y posteriormente fue el protagonista de varios escritos, entre ellos de Alejandro Dumas, Howard Pyle, entre otros.
Walt Disney decidió llevar este relato en una película animada en 1973, donde lo más recordado es que todos los personajes fueron representados por animales, Robin era un zorro.
Ha habido muchas películas de este ladrón que robaba a los ricos para ayudar a los pobres, pero una de las más recordadas, y no precisamente la más reciente, es la de “Robin Hood, el príncipe de los ladrones” (1991), en donde vimos a Kevin Costner dar vida a este bandolero.
“CAPERUCITA ROJA”
La primera vez que se escuchó esta historia fue en 1697 y fue contada por el escritor Charles Perrault, quien pretendía prevenir a las niñas de lo malo que era hablar con extraños.
Cuando realmente se dio a conocer este cuento fue en 1812, gracias a los famosos hermanos Grimm, que pulieron la historia y crearon a esta niña que usaba una capa roja y que hoy es conocida mundialmente.
La versión moderna de la historia es “La chica de la capa de rojo”, una producción de Catherine Hardwicke, la misma que realizó la primera parte de la saga de vampiros “Crepúsuculo”. Se estrena en los próximos meses en los cines hondureños y es protagonizada por Amanda Seyfried.
En la película de terror y suspenso también aparecen los siguientes actores: Gary Oldman, Billy Burke, Shiloh Fernandez, Max Irons, Virginia Madsen y Julie Christie.
“ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS”
Este cuento fue escrito por el matemático y escritor británico Lewis Carroll en 1865; fue en 1998 cuando durante una subasta se logró vender un ejemplar de la primera edición en 1.5 millones de dólares.
Esta historia se ha llevado varias veces al cine desde 1903, incluyendo en dibujos animados como la inolvidable de Disney (1951) y sin duda la más reciente y memorable es la de Tim Burton (2010), quien eligió a Johnny Depp para interpretar al “Sombrerero loco” y a Mia Wasikowska para ser Alicia. También contó con la participación de Anne Hathaway como la Reina Blanca y Helena Bonham Carter como “La reina de corazones”.
“CENICIENTA”
Es una historia creada en Europa y existen varias versiones, una de las más conocidas fue la del francés Charles Perrault, quien finalmente decide escribirla en 1697, sin embargo los hermanos Grimm fueron los que la hicieron famosa, no sin antes cambiarle varios detalles al cuento.
En 1950 los estudios Disney la llevaron al cine, apegándose sobre todo a la versión de Perrault. Sería en 1998 cuando alguien de carne y hueso diera vida a este personaje, la elegida para el papel fue Drew Barrymore en la película de Andy Tennant, “Ever after”. El príncipe fue interpretado por Dougray Scott y el papel de la madrastra fue para Anjelica Huston.
“PETER PAN”
Este personaje fue creado por el escritor escocés James Matthew Barrie para una obra de teatro que estrenó en Londres en 1904, aunque fue hasta 1911 que decidió contar las aventuras de este niño en un libro y posteriormente en varios relatos y novelas.
Disney decidió retomar el cuento para una de sus películas en 1953, siendo de las clásicas del estudio de animación; posteriormente fue Steven Spielberg quien la llevara un paso más allá en el cine con “Hook”, donde cuenta la historia de este niño ya siendo adulto, interpretado por Robin Williams y como Campanita, Julia Roberts. Siempre en el país de Nunca Jamás, una isla poblada por piratas como por indios, hadas y sirenas.
“Blancanieves”
Blancanieves (en alemán, Schneewittchen) es el personaje central de un cuento de hadas mundialmente conocido. La versión más conocida es la de los hermanos Grimm y la cinematográfica de Snow White and the Seven Dwarfs. La versión típica tiene elementos como el espejo mágico y los siete enanos (o duendes). En algunas versiones los enanitos son ladrones y el diálogo con el espejo se hace con el sol o la luna.
En 2007, Joe Nussbaum dirigió “Sydney White”, del género comedia romántica protagonizada por Amanda Bynes, Sara Paxton y Matt Long. La cinta cuenta la versión moderna de esta joven que debe hospedarse en la casa de siete alumnos marginados.

Publicado en la Prensa el 23.4.11

sábado, 26 de marzo de 2011

«Los gitanos han conservado cuentos que nosotros ya habíamos perdido»


Informático de la Agencia Tributaria de profesión, para Javier Asensio García (Calahorra, 1958) el folklore y la cultura popular es mucho más que una afición, es una pasión. Fruto de ella ha publicado libros como 'Romancero general de La Rioja' (2008) y, recientemente, 'Cuentos populares de los gitanos españoles' (Siruela, 2011), que presenta hoy, a partir de las 19 horas, en el Espacio Fundación Caja Rioja-Santos Ochoa.
-Después de investigar la cultura popular riojana, ¿por qué se centró en los cuentos de los gitanos?
-Empecé a notar que había una tradición oral potente en la cultura gitana. Comencé con los de aquí y los de Navarra e intenté profundizar lo más posible. La primera vez que oí a una madre gitana decir que se sabía unos versos de Bernardo del Carpio me pareció muy interesante porque eso es épica medieval.
-Y, de nuevo, el grueso de la investigación ha sido oral, ¿no es así?
-Los mercadillos es un lugar muy bueno porque se concentran muchos gitanos. Del mismo modo que te ofrecen una zapatilla, como son gente muy abierta, te cuentan este tipo de historias. Los gitanos y los paisanos (como nos llaman, no «payos», que es despectivo) vivimos de espaldas. En La Rioja hay dos familias muy asentadas, los Gabarri y los Jiménez, y son gente muy normal. Aquí viven gitanos de Extremadura, Navarra... y también me he movido a mercadillos de Soria, Burgos, Zaragoza... Además, en internet he encontrado información.
-¿La condición nómada de los gitanos fomenta esta cultura?
-Donde mejor se han conservado estos cuentos es en campamentos, y la generación actual vive en pisos. Sus abuelos vivían en cortijos, y en ese ambiente, con deportes y juegos populares, también se contaban y escenificaban cuentos.
-¿Qué diferencia puede haber en los cuentos de los gitanos?
-Han conservado cuentos que nosotros ya habíamos perdido. Hace cien años era fácil encontrarlos entre los paisanos, y ellos, los buenos informantes, se acuerdan de que sus abuelos les contaban esas historias que, básicamente, son iguales.
-¿Y qué elementos contienen?
-La épica les gusta mucho. Un gitano lo mismo te puede hablar de El Cid que de un tío suyo que se enfrentó a dos guardias civiles. Adoran la valentía. Y también la fantasía. Tienen muchos cuentos que, más bien, son leyendas: tesoros escondidos, malos farios, espíritus... Son historias que les turban, hasta te confiesan que les da cosa contarlo.
-Muchos de estos cuentos, en realidad, parecen chistes...
-La diferencia entre cuento y chiste es mínima. En ambos el oyente debe resolver cuál es el enigma. Y muchos, sí, hablan de la Guardia Civil, del engaño... Pero forma una parte inferior de su cultura. No les sienta demasiado bien esas 'gitanadas', aunque les hagan gracia, porque es una idea preconcebida que tenemos.
-¿También reescriben los cuentos?
-Sí. El cuento de Bernardo del Carpio se cuenta por toda España. Y tiene variantes en el final. Unos dicen que pasó en los llanos de Calahorra, otros en Villaverde... Es curioso.

Publicado en larioja.com 26.3.11

martes, 22 de marzo de 2011

Maria Cristina Salas «Educar a los niños con la lectura de cuentos es crear futuros lectores»


Entre princesas que rescatan a príncipes. Entre niñas que se convierten en grandes mujeres. Entre hadas madrinas y los últimos árboles que pueblan la tierra. Entre cuentos, en definitiva, que esconden un mensaje para los niños. Entre estas historias se encuentra María Cristina Salas, escritora de cuentos infantiles y profesora de teatro, que ha presentado su última obra, 'Ikeria, una princesa atemporal'. Esta mujer bonaerense, diplomada en Arte Dramático y afincada hace más de treinta años en Alicante, sigue llenando las estanterías de muchos niños con sus libros, llenos de divertidas aventuras para ellos, enseñanza de valores para sus padres y educadores, y personas respetuosas e implicadas con el medio ambiente para el futuro.
-Con 'Ikeria, una princesa atemporal' ha publicado su séptima obra. ¿Tanto le gusta escribir cuentos para niños?
-Sí claro. Me encanta escribir para los niños. Creo que son los lectores del futuro y en la lectura está su inteligencia. Cuando unos padres educan a sus hijos en los cuentos, primero narrándoselos y después haciendo que tengan interés por leerlos, están creando futuros lectores. Con este libro llevo ya siete, esta vez editado por la editorial San Pablo. La ventaja de tener el respaldo de una buena editorial es que llega a más padres y educadores y así se puede recomendar en más colegios a los niños. Aunque antes de llegar a esto, siempre digo una cosa. Pido a los profesores que se lean los libros, sea el mío o no, antes de recomendarlos y lo hagan solo si verdaderamente les gusta.
-¿Cree que les gustará a los niños la historia de Ikeria?
-Eso espero. La historia cuenta la vida de la princesa Ikeria, que fue abandonada en la Tierra sin nombre por sus padres. Allí le acompaña una mascota, Lirón, que es medio dragón y medio dinosaurio. Cuando cumple la mayoría de edad sus padres le encomiendan una misión y para ello debe rescatar a su príncipe, Zor, y vencer múltiples amenazas peleando y con hechizos, ya que poco a poco descubrirá que es una gran hechicera. Todo ello aderezado con malignos ministros sin cabeza, que tratarán de impedir su cometido.
-¿Lo habitual no es que los príncipes sean los que rescaten a las princesas?
-Sí, pero en mis novelas suele suceder al revés. La sociedad está cambiando mucho y pese a que hay que mantener vivos, ahora más que nunca, muchos valores, también hay que mostrar los nuevos roles sociales de la mujer. En las novelas, las protagonistas son mujeres que emprenden armas. También son femeninas y atractivas, pero muestran el poder que la mujer ha alcanzado en su rol social actualmente. Se cambia el rol de mujer indefensa que espera a su príncipe porque no puede valerse por ella misma. Se establecen los roles actuales tanto de las mujeres como de los hombres. Tras la armadura fuerte de un hombre se esconden mujeres femeninas pero válidas por sí mismas. Como sucede cada vez más en la actualidad.
-Ha hablado de princesas con un rol social determinado y los personajes malignos son ministros sin cabeza. ¿Sus historias están cargadas de simbolismo para reflejar la sociedad actual?
-En efecto. Cuando los niños leen estas novelas desarrollan su imaginación mediante los simbolismos para más tarde aplicarlos a la realidad que observan. En este caso, dada la actualidad política, me surgió esta idea de malvados para la historia, pero no es una crítica directa a la clase política, es una manera de hacer ver que muchas veces las personas que mandan lo hacen pese a que no son los que mejor piensan. Son mensajes más globales.
-Dentro de esos mensajes y valores que transmiten sus cuentos, ¿cuáles cree más importantes para la educación de los menores?
-El respeto y el amor por la naturaleza. Una persona que pierde el respeto por los mayores y por los que le rodean es una persona dispuesta a infringir normas y en muchos casos leyes. Sin embargo, si se educa desde el respeto, se tiene consideración por todo lo que rodea a una persona y entonces pueden fecundar muchos otros valores. Por otro lado, creo que se está perdiendo el amor por la naturaleza. Es un valor relativamente nuevo pero muy importante porque no estamos cuidando el planeta y creo que nos está avisando del daño que le hacemos a través del cambio climático y catástrofes como el terremoto de Japón, que cada vez son más comunes y de mayor envergadura. Si los niños crecen sin amor por la naturaleza, puede que el futuro del planeta esté en peligro.
-Su anterior obra se titula 'El último árbol'. ¿El fin del planeta era el tema principal?
-Así es. En el libro se produce el impacto de un meteorito que arrasa la Tierra. Un grupo de jóvenes supervivientes deben buscar una manera de subsistir en un planeta casi desértico. Con este argumento se explica la necesidad de cuidar de la naturaleza como la verdadera forma de prolongar la vida en el mundo. En esta novela me basé mucho en los mensajes ancestrales de los indios de Norteamérica y en algunas profecías hindúes. Las tribus que verdaderamente viven directamente de la naturaleza saben la importancia que tiene cuidarla.
-¿Utiliza alguna técnica o recurso especial a la hora de escribir para niños y tener tal creatividad?
-Utilizo una cosa muy sencilla y a la vez muy difícil de conseguir, que es escribir con pasión. Cuando algo se hace con ganas y con amor se acaba notando, y es lo que me pasa cuando me dispongo a escribir las novelas. Además, siempre estoy leyendo toda clase de libros y eso me hace a recoger cosas, mezclarlas y crear para los niños. Esa es mi fuente de creatividad, leer mucho y darle pasión.
-Además de ser escritora es profesora de teatro. ¿Qué añade esta actividad a la lectura?
-Hacer teatro hace que se lea mucho. Tanto para niños como para adolescentes les lleva a entender mejor la realidad a través de la representación. Si se practica es una actividad que se complementa mutuamente con la lectura. En este sentido, lo que realizo son talleres de teatro, que es una manera de acercarles la actividad.

Publicado en lasprovincias.es el 22.3.11

lunes, 28 de febrero de 2011

Pere Darder, expert en intel·ligència emocional

Mestre de mestres!
Pere Darder té 78 anys i una vitalitat inesgotable. És un mestre jubilat que mai s'ha desvinculat de l'educació. Ha estat cofundador de l'Escola Costa i Llobera i és expresident del Consell Escolar de CatalunyaVa impulsar la creació d'un grup de recerca sobre les emocions (DPE, Desenvolupament Personal i Educació). Considera que la teoria de les intel·ligències múltiples, la de les neurociències i la de la complexitat han estat claus perquè les emocions es valorin a l'hora d'educar. Darder ha escrit una bona pila de llibres, com 'Sedueix-te per seduir, viure i educar les emocions'.

ARA Mestres: Us presentem el Pere Darder, expert en intel·ligència emocional

Publicat a Ara 28/2/2011

martes, 22 de febrero de 2011

Los niños que quieren oír muchas veces el mismo cuento aprenden más rápido


Repetir una y otra vez el mismo cuento es bueno para el aprendizaje de los niños, según un estudio de la Universidad británica de Sussex, cuyos autores consideran que es esta repetición lo que acelera la adquisición del vocabulario.
El estudio fue dirigido por la psicóloga Jessica Horst y sus resultados son consecuencia de un experimento en el que se expuso a dos grupos de niños de 3 años al aprendizaje de dos palabras nuevas.
Cada una de ellas era una palabra inventada para designar un objeto desconocido, como por ejemplo "sprock" para referirse a un artículo manual empleado para mezclar comida.
Durante el plazo de una semana, uno de los grupos escuchó tres historias diferentes con estas palabras, mientras que el otro grupo escucho una única historia con las mismas palabras nuevas.
Pasado ese periodo, se constató que los niños a los se había contado solo un cuento recordaban mejor las nuevas palabras que los niños a los que se había contado tres historias diferentes.
"Sabemos que cuanto mayor es el número de libros que se tienen en casa, mejores son los resultados académicos de los niños, pero lo que no hemos comprendido es cómo ocurre es aprendizaje", dijo Horst.
"Lo que esta investigación sugiere -explicó la psicóloga- es que lo importante no es el número de libros, sino la repetición de cada uno de ellos, porque es lo que propicia un mayor aprendizaje".
Horst indicó que ya era conocido que los niños que ven el mismo programa de televisión o la misma película una y otra vez "ofrecen mejores resultados en los posteriores exámenes de comprensión".
"Lo que creemos que está ocurriendo con la lectura es que cada vez que un niño escucha el cuento está adquiriendo nueva información. La primera vez puede ser solo la comprensión de la historia, la segunda la percepción de los detalles y la descripción, y así progresivamente", dijo la profesora del centro británico.
"Y si la nueva palabra se introduce en una variedad de contextos, como ocurrió con aquellos a los que se les leyeron tres cuentos diferentes, lo más probable es que los niños no logren concentrarse tanto en la palabra nueva", añadió la investigadora.
En conclusión, indicó Horst, "el mensaje podría ser que los niños no precisan necesariamente de una gran cantidad de libros, sino que se benefician de una exposición repetida a los que tengan".
La investigación completa se publicará este mes en la revista "Frontiers in Psychology".

Noticia de Efe publicada en ABC 22/2/11

miércoles, 9 de febrero de 2011

Esto me suena - Educar a los niños a través de cuentos


La ONG Bosques sin Fronteras ha creado unos cuentos en los que los árboles son sus protagonistas. El objetivo de este proyecto es la educación de los niños para cuidar los bosques. Además hoy conocemos la profesión de carillonista de la mano de Anna M. Reverté. En "29 segundos y medio" hablamos con calvos que estén muy contentos con su calvicie. Y el vecino Soriano nos recuerda que se cumplen 70 años desde que La Dama de Elche regreso a España desde el Louvre, y alguien que sabe mucho de eso, Rafael Ramos Fernández, director del Museo Arqueológico de Elche, nos cuenta más cosas.

Publicado en RTVE el 9/2/11

jueves, 3 de febrero de 2011

En África los cuentos juegan el papel de la educación

La escritora de Benin Agnés Agboton imparte en la UCA una conferencia sobre la tradición oral en su continente

El primer cuento que escuchó no hablaba de princesas de cabello kilométrico, ni de dragones y castillos encantados. Tampoco terminaba con una banquete de perdices. Se refería a las disputas de las dos esposas de un mismo hombre y de cómo el mal solo trae más desgracias. La escritora Agnés Agboton nació en Porto Novo (Benin) hace cincuenta años, pero llegó a Barcelona con solo 17. Desde entonces su labor ha estado encaminada a tender puentes entre las dos culturas, la europea y la africana. Cuenta con el arma de la palabra. La dicha. Hoy imparte, a la 13:00 horas, la conferencia 'Tradición oral africana: un rito para otros cuentos', dentro del ciclo de Miércoles de Letras, en el salón de Grados de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz.
«En África los cuentos juegan el papel de educación, teatro y transmisión de valores», comenta la filóloga hispánica y escritora. Una tesis que resume en un lema africano que a modo de epitafio reza: «Cuando en África se muere un viejo es como si ardiese una biblioteca».
Precisamente los anaqueles repletos de libros han sustituido en España a los cuentos al calor de la chimenea. «Conozco cuentos andaluces y gallegos, pero por desgracia se ha ido perdiendo esa tradición. Es una pena porque se trata de dos actos muy diferentes, uno es individual, en el otro prima el contacto humano», sostiene la escritora africana. Añora a su tierra y agradece la acogida, aunque asegura que no siempre han sido bien recibidos sus argumentos conciliatorios. «No importa, no pierdo el tiempo con estúpidos», se defiende, y pone la otra mejilla, «cada vez que regreso a casa bebo de su fuente para a la vuelta poder compartirla con esta sociedad».
Agboton, apellido que significa 'cuando sale el carnero, las ovejas se esconden', estudió Filología Hispánica, explica cuentos africanos y escribe libros de relatos y de cocina africana. Confiesa que le costó adaptarse a la gastronomía española, pero que ahora es un experta en la tortilla de patatas. Una y otra cocina no son sino símbolos de una manera de vivir. «En África no hay tres platos, tampoco postre, eso se debe a la colonización, allí se comparte un plato entre cuatro o cinco, aquí es un acto individual», comenta.
La distancia geográfica no impide a la escritora sentir muy adentro a su Porto Novo natal. Pese a la globalización. «No estoy en contra del progreso en el continente africano, pero no me gustaría que se perdiese nuestra identidad cultural. Ya hay zonas en las que ha llegado la globalización, sobre todo las grandes ciudades», lamenta la autora de 'Voz de las dos orillas' (2009). Uno de los rasgos característicos de esa cultura es su religión. Por eso se muestra encantada cuando le dan la oportunidad de explicar el sentido del animismo. «Es un respeto absoluto a la naturaleza. Cuando un labrador va a cortar un árbol le pide perdón. Los elementos naturales son los intermediarios entre el dios supremo y los hombres. Hay quien piensa que es un pensamiento atrasado, pero no es así», sentencia Agboton.

Publicat a lavozdigital.es el 2.2.11

Disney reinventa los cuentos de princesas para realizar una fábula sobre la libertad

Enredados mezcla el encanto de clásicos de la animación y ciertas dosis corrosión

La película más moderna, revolucionaria y chispeante de animación de la temporada está basada en... una princesa destronada, un reino de fantasía y un príncipe que no parece un príncipe. Casi 200 millones de dólares se ha gastado la factoría de Mickey Mouse para devolver a la vida al cuento de Rapunzel, esa historia mítica de los hermanos Grimm sobre esa bella muchacha encerrada en una torre cuya larga cabellera tiene poderes mágicos. Y el resultado es, una vez más cuando hablamos de la creadora por antonomasia de fantasías animadas, apoteósico: Enredados es una película dotada de la gracia y el encanto de los filmes clásicos de la productora como La sirenita o La bella y la bestia, a sumar ciertas dosis de corrosión quizá cortesía del nuevo amo del cotarro, mr. Pixar, o sea, John Lasseter, que aquí hace las veces de productor ejecutivo. La mayor parte del mérito, que es mucho, sin embargo, corresponde a Glenn Keane, animador de casi todas las películas de los últimos veinte años de Disney, y los directores, los casi debutantes Nathan Greno y Brian Howard.

Los cuentos de los hermanos Grimm quizá conocen tantas versiones como personas los han contado y, desde luego, en Disney se toman la libertad de adaptarlo como quieren. En la versión original el príncipe era él, y no ella, aquí, él es un ladrón amable, un chico huérfano y guapo que sueña con hacerse rico y convertirse en algo más que un paria. Y ella adopta en esta nueva versión un rostro que puede hacernos pensar en esta Enredados como una versión muy libre de tres mitos mucho más recientes. Por ejemplo, es fácil pensar en una versión light de la peripecia de Natascha Kampusch, esa austríaca que vivió secuestrada quince años, u otra historia aun más siniestra, la del Monstruo de Amstetten, ese padre luciferino del mismo país que encerró a su hija y a sus hijos-nietos durante años y que se transforma en Enredados en la malvada antagonista. Incluso, enredando aun más el asunto, esta película puede verse como una versión infantil de la griega Canino, ya que aquí también encontramos a una víctima que vive oculta del mundo exterior, ese lugar horrible que sólo contamina las almas y estropea los corazones, y una interesante reflexión sobre la construcción de la realidad a partir del lenguaje como significante.

Partiendo de un esquema clásico, Enredados no juega, o casi no juega, a la ironía posmoderna como Shreck. La Edad Media surge en Enredados no como un lugar para dar rienda suelta a un humor basado en el anacronismo chistoso sino como una reinvención del pasado mítico de Occidente versión bucólico-pastoril. El reino de la película está basado en una tiranía amable y la existencia de la pena de muerte no atenúa su condición de lugar para la justicia. La carga de vitriolo que ya es habitual en el cine reciente de Disney no hay que encontrarla, por tanto, en una metáfora política que se esquiva ni siquiera en el ya inevitable mensaje feminista (en este caso muy suave) sino en su contundente manifiesto a favor de la autonomía de los hijos respecto a las padres, que incluye una muerte violenta e insospechada y supone una agresiva e inesperada relectura de la teoría clásica freudiana de "matar al padre", en este caso simbolizado por una madre pérfida que es una de las malvadas más logradas y complejas del cine reciente de Disney.

Como ya es norma, Enredados llega en doble versión. Aunque las tres dimensiones sigue despertando ciertos recelos incomprensibles entre algunos puristas, la insuperable tecnología de la película, que combina con virtuosismo lo mejor del lápiz y el ordenador aporta momentos memorables de gran belleza plástica entre los que cabe destacar la hermosa escena de las linternas nocturnas, en las que se logra algo muy difícil, un romanticismo desatado y dosis de emoción. Es, también, uno de los escasos momentos en los que el filme pierde viveza. Mientras la factoría Pixar, puntal de Disney, ha triunfado ofreciendo productos de enorme riesgo artístico como Wall-e, donde apenas hay palabras durante más de media hora, o Toy Story 3, que ofrece un crepuscular y elegíaco canto al fin de la infancia, Enredados pretende ofrecer entretenimiento sin casi pausa al espectador enlazando una tras otra escenas de acción y frenesí en el más puro estilo Indiana Jones, película a la que se homenajea haciendo uso de una sartén, elemento que la película convierte en un icono con sorprendentes resultados. Buenhumorada y llena de buenas intenciones, Enredados viene a confirmar el momento de plenitud de la animación y un hecho quizá indiscutible, a la hora de montar grandes espectáculos, Hollywood arrasa.

Publicat a elcultural.es el 2.2.11

domingo, 30 de enero de 2011

«Los adultos deberían de leer cuentos, porque otorgan una gran libertad»


N. S. La zamorana Lucía Falagán acaba de publicar su primer libro de cuentos infantiles, basado en la figura de los duendes.


-¿Qué le hace empezar a escribir relatos para niños?


-Cuando mi hijo era pequeño le contaba historias antes de dormir. Estos relatos surgieron un poco como vehículo para darle mi opinión sobre ciertos aspectos de la vida. A través de estas tramas quise situarle en aspectos de la vida que tendría que afrontar. Cada historia la preparaba por la tarde mientras que me tomaba un té y cuando estaba casi terminado, se lo iba leyendo. Hace un tiempo lo retomé y me decidí a editarlos en 2005 como homenaje a mi hijo. En ese momento releí todo lo que había escrito y modifiqué algunas cosas. Disfruto mucho escribiendo los cuentos de duendes.


-¿Por qué ha elegido la figura de los duendes?


-Porque es una criatura que no ofende a nadie. Es mágica y posibilita jugar mucho con la imaginación. Además, a través de ellos plasmo un poco cómo me gustaría que fuera el mundo.


-El libro cuenta con unas ilustraciones. ¿Son suyas?


-No, corresponden a Sonia Alonso Andrés. A través de un familiar suyo supe que había hecho Bellas Artes, hablé con ella, le facilité el relato y en base a ello ha realizado las ilustraciones que aparecen en el libro y que son un complemento.


-Es un volumen de cuentos, pero , ¿qué lector lo puede leer?


-Lo pueden leer niños a partir de ocho años porque tiene un lenguaje muy asequible y muy básico. La letra es grande para que el menor lo pueda leer solo y no se agobie con muchas líneas por página. En el caso de los adultos, creo que su lectura puede suponer un remover conciencias porque a veces se plantea problemas entre el niño y los padres en el que el pequeño apuesta por la amistad y discrepa de la decisión de sus progenitores. Creo que en el libro plasmo la frescura con la que piensa un niño.


-Los cuentos parecen que están relegados al mundo infantil, ¿deberían leerse también ya de adultos?


-Desde luego. Siempre me han gustado mucho porque te otorgan una gran libertad para ser tu mismo, te recuerdan la inocencia que pierdes cuando dejas de ser niño.


-En estos momentos asistimos al auge de los cuentacuentos. ¿Qué le parece?


-Es un buen fenómeno. Yo únicamente he acudido a uno, pero comprobé que para los niños es muy cómodo y divertido. Creo que es algo que debería de desarrollarse más porque no es algo tan caro y creo que es una manera muy pedagógica de representar. Mi cuento podría ser escenificado y me encantaría.


Zamora


Estudió Filología Germánica e Hispánica en la Universidad de Salamanca y en la Autónoma de Madrid. Ha vivido y trabajado muchos años fuera de España, período en el que «he añorado mucho a mi querida Zamora», asegura. Su afición por la escritura proviene de contarle cuentos a su hermana pequeña. Le gusta mucho jugar al tenis, la natación, así como caminar y leer sobre filosofía.

Publicado en laopiniondezamora.es

´El cuento ayuda al niño a ser feliz´


La poetisa Pepa Aurora pregona las fiestas de La Candelaria e invita a buscar historias escondidas

La literatura oral es una parte importante del riquísimo patrimonio cultural de Ingenio". Así lo destacó ayer la poetisa Pepa Aurora Rodríguez en su pregón anunciador de las fiestas patronales de La Candelaria y San Blas. "La generación adulta de la posguerra, consciente de la importancia de la fantasía y tal vez por la necesidad de explicar lo inexplicable o de criar hijos sanos y felices, se confabuló para contar historias a sus niños", señaló anoche en el centro cultural de la villa.

Pepa Aurora recordó que entonces "se contaban cuentos en un mágico lugar llamado El Cuarto, en los talleres de costura, en los talleres de artesanía, en las escuelas, en las casas, en la iglesia". "Las madres que contaban bellísimos cuentos a sus hijos y ellos los repetían en las contadas", dijo. Entre los contadores mencionó al cura ciego José Pérez, al poeta popular Juanico Nuez, Tomasita la Joyeta, Anita Jesús, Rosa la de María Los Santos, Libradita y Ana Cabrera. "Toda la literatura oral de Oriente y Occidente estuvo al alcance de los niños de Ingenio", señaló la pregonera.

Una herramienta

Para Pepa Aurora, "los cuentos son una herramienta para concentrar, estabilizar y conformar afectivamente a los niños, que les enseña cualidades ya en desuso, pero imprescindibles para ser medianamente felices". "No permitamos que esa riqueza cultural se esconda en el olvido", dijo. La poeta adoptiva de Ingenio invitó a activar "nuestra memoria y busquemos historias escondidas en los pliegues del cerebro para compartirlas solidarios con nuestros vecinos, amigos y familiares". Pepa Aurora ve necesario alternar "la modernidad de las nuevas tecnologías con los cuentos para conseguir unos niños más equilibrados, imaginativos y felices".

Publicado en la provincia.es

jueves, 27 de enero de 2011

Un llibre infantil sobre la mort guanya el premi Apel·les Mestres

'¿Dónde está güelita Queta?', de l'escriptora Nahir Gutiérrez i l'il·lustrador Álex Omist, ha obtingut el XXX Premi Destino Infantil Apel·les Mestres
L'escriptora Nahir Gutiérrez i l'il·lustrador Álex Omist han obtingut el XXX Premi Destino Infantil Apel·les Mestres pel seu llibre ¿Dónde está güelita Queta?, sobre la pèrdua de les persones estimades. El guardó, dotat amb 4.500 euros, ha premiat la "sensibilitat d'aquesta obra", que "fa un recorregut per la pèrdua, tremenda sempre, i per als nens brutalment inexplicable, d'aquelles persones que estimem", segons els membres del jurat.
Nahir Gutiérrez va decidir escriure aquest llibre "en sentir fabular" els seus fills "sobre on havia anat a parar la seva besàvia, i sobretot com ho havia fet, ja que caminava molt malament". "En aquell moment va ser quan em vaig adonar que compartir el record de la meva àvia podia ser sa, enriquidor i fins i tot divertit", ha explicat l'autora en un comunicat.
Nahir Gutiérrez és llicenciada en Ciències de la Comunicació i aquest és el segon llibre infantil que ha escrit després d'Hipólito y Serafín, mentre que Álex Omist és l'il·lustrador d'El cuerno y el centro de la luna i de la col·lecció Los casos del Inspector Cito.
¿Dónde està güelita Queta? es distribuirà entre nens hospitalitzats per celebrar el Dia del Llibre, amb la col·laboració de la Fundació Antena 3.
26.1.10 Ara.cat