lunes, 21 de septiembre de 2015

Las princesas son boludas...

Miranda empieza el vídeo diciendo ..."las princesas son boludas!" toda una afirmación que hace una niña argentina y que se ha convertdo en viral en medio mundo.
Parece que los finales felices ya no satisfacen a una generación que no espera que nadie les saque las castañas del fuego.
Muy recomendables las reflexiones de esta niña de 6 años

viernes, 18 de septiembre de 2015

Cuentos y estímulo cerebral

Leer cuentos a los niños es una de las actividades que demandan a diario casi todos los niños, y es que además de ser un tiempo en el los padres y los hijos pasan un rato juntos, se ha demostrado recientemente que es muy beneficioso para su desarrollo.
La revista Pedriatrics ha publicado este mes un estudio en el que demuestra mediante imágenes obtenidas con resonancias magnéticas que el hemisferio izquierdo del cerebro tiene mayor actividad neuronal en  los hijos de familias en las que la lectura forma parte habitual de sus actividades cotidianas.
Cuando un niño escucha historias su cerebro ensaya la creación de imágenes que se asocian con esas palabras y de esta manera va construyendo también su identidad.
Seguro que muchos de nosotros en alguna ocasión hemos tenido un gran decepción al ver la película del libro que hemos leído. La experiencia nos demuestra que siempre tienen mucha más fuerza para nosotros las imágenes que hemos creado en nuestro cerebro que  las que nos vienen dadas sin esfuerzo desde fuera.
La lectura regular estimula el desarrollo cerebral, fortalece las relaciones familiares y construye un mejor lenguaje.

En alguna ocasión los padres podemos sentirnos desbordados para leer cuentos a varios hijos pero para todo hay soluciones si no que se lo cuenten al norteamericano Hal Taylor que construyó una mecedora triple. Ante la imposibilidad de tener en las rodillas a los tres  niños construyó una mecedora triple en la que caben todos cómodamente.
Nada es imposible

jueves, 10 de septiembre de 2015

MENOS CUENTOS VIOLENTOS, MÁS RELATOS CON TERNURA

Los cuentos infantiles clásicos fueron creados hace mucho tiempo por hombres y mujeres aterrorizados ante la violencia extrema de la sociedad en la que se desenvolvían.
Las sociedades primitivas, incluso la aclamada civilización occidental hasta hace pocas décadas, han educado a sus hijos a través del terror. Parece entonces lógico que los relatos que se fueron generando en la psique colectiva constituyeron algo así como una terapia grupal.
De hecho, no pudieron hacer otra cosa que expresar lo que habían vivido en sus propias infancias. Si esto es así, entonces los cuentos “de toda la vida” son para adultos, no para niños. Adultos que se veían obligados a dramatizar constantemente las horribles experiencias que habían vivido, con la finalidad de intentar digerirlas.
Los psicólogos han alabado las bondades de los cuentos clásicos desde hace siglos. Dicen que sus personajes tienen una correspondencia directa con los contenidos del inconciente. Un animal que devora un niño podría alertar, por ejemplo, del peligro de que un contenido inconsciente arcaico pudiera “devorar” al resto más evolucionado de la psique. Bien, esto ocurre en contadísimos casos, y básicamente en adultos … que fueron niños maltratados. ¿Estamos seguros de que nuestros hijos pueden aprender algo visionando un lobo tragándose a una niña?
El error educativo más repetido de la Historia consiste en creer que lo que sirve para el adulto sirve para el niño, sin tener en cuenta sus verdaderas necesidades. Así, dormir en una habitación separada es algo aceptable para un adulto, pero no para un bebé de dos años. Pero obligamos a nuestros hijos a ver películas, comer alimentos y usar vestidos que son propios de adultos. Como a nosotros nos satisfacen, pensamos que a ellos también.
Entonces los sentamos en nuestro regazo, cuando están a punto de dormirse y por tanto están hipersensibles, y abrimos un cuento en el que se producen asesinatos. Luego les damos un beso y los dejamos completamente solos en una habitación a oscuras. ¿No es una locura?
Muchos niños no sienten ese miedo, simplemente porque han sido bombardeados con películas violentas desde que nacieron. Entonces el cuento de Caperucita les aburre. Pero eso no son niños “valientes” sino niños embrutecidos, que han tenido que anular su capacidad de discernimiento y embotar su aguda sensibilidad natural para poder sobrellevar esas imágenes. ¿Qué clase de niños queremos para la sociedad del futuro?
Toda la cultura humana se ha sutilizado. Ya no ahorcamos a los dementes, ni torturamos a los ladrones. Ya no ejecutamos rituales sangrientos. Los cuentos clásicos son restos de culturas que ya no existen en occidente, culturas primitivas con costumbres muy diferentes a las actuales. Tuvieron su razón de ser como terapia para unos adultos que de niños presenciaron actos violentos y que traumatizaron para siempre su sensibilidad.
Relatar esos cuentos a sus propios hijos y ver cómo lloraban de miedo formaba parte de una dramatización de su propio terror. Para colmo, de esa manera pasaban sus traumas a la siguiente generación. ¿No es hora de parar esa transmisión?
Todo ha cambiado, digamos NO a los cuentos clásicos violentos. Evitemos también películas violentas, pues cada imagen y cada sonido quedan implantados en sus cerebros, y más tarde surgen en forma de miedos y pesadillas.
En nuestras manos está el proporcionar a nuestros hijos alimentos adecuados a su edad, alimentos físicos y alimentos para sus mentes en formación. Usemos nuestra imaginación y elaboremos sencillos relatos que rebosen ternura, amor, aventura. ¡Nuestros niños lo merecen!
Gunther Emde

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Las antiprincesas y las princesas de cuentos de hadas con problemas de hoy

La escritora Nadia Fink publica una colección de cuentos infantiles dedicados a  las Antiprincesas. Mujeres de carne y hueso que trabajaron duro para labrarse un futuro y que no esperaron a que ningún príncipe azul les diera un beso o las rescatara de sus desdichas.
Con la publicación de estos cuentos parece que se abre un nuevo mundo, en el que las niñas de hoy podrán tener otros referentes tanto estéticos como intelectuales.
Los cuentos no endulzan las dificultades por las que pasaron las dos protagonistas, la cantante Violeta Parra y la artista Frida Khalo. Pero si que callan algunos detalles escabrosos de sus vidas dando paso a la posibilidad de que los niños busquen por si mismos.



Son muchos los autores que actualmente estan intentando actualizar el discurso de algunos de los cuentos clásicos. Sin ir más lejos la artista Dina Goldstein ha dedicado parte de su trabajo a personajes como Blanca Nieves o Caperucita Roja en escenas de la vida actual.
¿Os imagináis a Blancanieves de ama de casa? Dina Glodstein lo que hace es poner a estas protagonistas en escenas de la vida actual. Así vemos a Caperucita Roja con exceso de peso y a la Bella en una operación de cirugía estética. Os dejo aquí las imágenes que me parecen de mucho interés

Ver más fotos





Violeta Parra

 Este contenido ha sido publicado originalmente por teleSUR bajo la siguiente dirección: 
 http://www.telesurtv.net/news/Publican-cuentos-infantiles-sobre-heroinas-de-Latinoamerica--20150902-0056.html. Si piensa hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y coloque un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. www.teleSURtv.net

Nadia Fink

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Nadia Fink

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martes, 17 de marzo de 2015

Contes per educar les emocions

Siempre he intentado encontrar cuentos que sirvan para educar a emociones y desde hace un tiempo han salido recopilatorios y guías muy interesantes.

Aquí os dejo un enlace interesantísimo con recomendaciones de 35 cuentos para educar las emociones

De lectura imprescindible para todas aquellas personas que de alguna manera piensan en transmitir valores positivos.

35 contes per treballar els emocions

miércoles, 11 de marzo de 2015

´La mente infantil pide conflicto y el cuento no traumatiza: prepara para la vida´

"No despreciemos nunca la inteligencia de los niños, la moraleja es innecesaria"

Autor de más de medio centenar de libros, Rodríguez Almodóvar desarrolla una destacada labor de recuperación de los cuentos populares españoles. Una de sus colecciones, reeditada desde 1985, ya ha alcanzado los cinco millones de ejemplares. Ayer participó en unas jornadas internacionales sobre Literatura Infantil y Juvenil y volvió a reivindicar la importancia de un tipo de narración que ha sido "esencial" para la humanidad durante siglos.
-Usted defiende los valores pedagógicos del cuento popular, pero en los últimos tiempos surgen voces críticas por entender que transmiten estereotipos sexistas o ser demasiado dramáticos para los niños.
-No estoy de acuerdo. Todo depende de la versión de la que estemos hablando. Siempre trato de recuperar las orales porque son de verdad las que encerraban más valores. Si a La Bella Durmiente le sacamos la segunda parte queda en un cuento un poco tonto de una princesa condenada a dormir que solo despierta por el beso de un príncipe azul. Pero después ella tiene que salir adelante en medio de enormes dificultades porque él se va a la guerra y debe hacerle frente a una suegra edípica que devora a sus nietos. Dirá la gente que casi es peor (risas). Lo cierto es que hay que partir de una base más sólida para analizar los cuentos. Tienen un valor simbólico y de lo que se cuenta representan otra cosa: el mal, el daño gratuito, la desprotección de los niños... El contraste mental entre lo que el niño escucha y lo que vive es lo realmente importante porque se siente protegido por su familia y refuerza su posición en el mundo. Todo esto es un mecanismo simbólico de la mente sobre el que se han hecho muchos estudios comparativos.
-¿Se otorga a los niños menos capacidad para diferenciar la vida real de la ficticia por esa visión de lo políticamente correcto que hoy invade todos los ámbitos?
-Hansel y Gretel, que era muy conocido como Periquín y Periquina en las tertulias hogareñas y campesinas españolas antes de que se rompiese la cadena oral, transmite que alguna vez tendrás que abandonar el hogar y más vale que sepas que la vida es un camino arduo y difícil. Pero también que tú puedes hacerlo. Es un mensaje simbólico que hace que el niño se prepare para la aventura de la vida y no crea que todo será un camino de rosas.
-Es uno de los problemas de la sociedad actual, los niños viven en una burbuja hasta adultos.
-Y entonces el encuentro con la vida es un encontronazo, un choque brutal. Sentirse de pronto en el bosque de la vida sin tener absolutamente ningún recurso para salir adelante es mucho peor que escuchar un cuento.
-¿Hay lugar para el cuento en un mundo digital como el de hoy?
-Yo creo que sí. El problema de las versiones digitales es que simplifican demasiado las historias. La estructura narrativa debe incluir un conflicto inicial importante, un desarrollo en forma de intriga y un final coherente. Esto es lo que hace que una historia, además de darle al niño una visión del mundo, le ayude a construir su estructura mental. Lo más importante de los cuentos es que su estructura interna ayuda a construir el andamiaje mental. Esto es lo esencial, incluso por encima de los valores que tienen. Machado, uno de mis autores predilectos, decía que lo importante es formar bien las entendederas.
-De ahí la importancia de que los cuentos estén en casa y en el colegio.
-Claro, y que los maestros los cuenten con cariño porque el valor afectivo es importantísimo para fijar bien la historia y que la mente se sienta reconfortada. Lo políticamente correcto ha hecho estragos y ha obligado a las editoriales a publicar cuentos mal construidos o bobadas, que de esto hay mucho hoy. Tengo que hacer un elogio de los ilustradores españoles porque hay gente verdaderamente extraordinaria, pero cuando vas a la historia te preguntas cuándo va a pasar algo. No hay derecho. La mente infantil está pidiendo otra cosa, ¡un conflicto! ¿Cómo que se va a traumatizar? Es lo contrario. Sin un referente simbólico para que entiendan por sí mismos que las dificultades están ahí, los niños crecerán entre algodones y pensando que todo es muy fácil. La doctrina no sirve con los niños, sirven los buenos cuentos contados para estimular la comprensión del mundo en todo su rigor.
-Ana María Matute, que le apodó como el tercer hermano Grimm, siempre reivindicó la calidad literaria de los cuentos.
-Sí, además de bien construido, el cuento es bello y hermoso añade un valor importantísimo. El valor estético de la vida y de la vida literaria no se aprende de un día para otro, es una construcción muy paciente hasta que arraiga de verdad el deseo de una buena literatura. Y con historias de tres al cuarto no pasa esto. La literatura infantil y juvenil a veces carece de una crítica seria y también es triste que sea una asignatura optativa en las escuelas de Magisterio. Debería ser una troncal a la que se dedicase el año entero.
-¿Los niños que hoy disfrutan con los cuentos son los lectores del futuro?
-Claro. O los no lectores, porque la afición a leer se desarrolla con buenas historias. Antes había decenas de cuentos en las tertulias hogareñas y cada familia tenía uno predilecto que ayudaba a construir el grupo. Me han dado las gracias muchas veces por recuperar el cuento de su abuelo que no encontraban por ninguna parte y, a continuación, me han dicho que la historia no era así (risas). No despreciemos nunca la inteligencia de los niños, por favor. Necesitan una buena estructuración mental y que ellos mismos interpreten y deduzcan con el tiempo, no hay prisa. La moraleja es innecesaria. Ana María Matute era gran enemiga de las moralejas. Siempre decía que los niños no son tontos. Hay que contar el cuento y ya está. Lo contrario es ofensivo y no valora realmente de lo que el niño es capaz.