martes, 9 de noviembre de 2010

Dodecálogo del cuentista

Andrés Neuman, premio internacional de novela Alfaguara que estuvo en Cochabamba en un encuentro iberoamericano de escritores organizado por el Centro Simón I. Patiño, es autor de dos versiones de consejos para quienes practican el difícil arte de escribir cuentos. El texto se llama "Dodecálogo de un cuentista" y fue originalmente publicado en el libro de cuentos “El último minuto” (Madrid, Espasa–Calpe, 2001, pp. 157–159, y en la Editorial Páginas de Espuma, 2007).
También figura en “Pequeñas resistencias. Antología del nuevo cuento español” (Páginas de Espuma, Madrid, 2002, pp. 313–314), y ha sido incluido, con correcciones, en el libro de cuentos “Alumbramiento” (Páginas de Espuma, Madrid, 2006, pp. 163–164) junto con otro nuevo dodecálogo.
Las dos versiones son verdaderos talleres de cuento. Comparados estos consejos con otros formulados por los más grandes cuentistas de todos los tiempos, Neuman gana por más de una cabeza. Por eso los consignamos, para uso de quienes se atreven a quemar sus pestañas en la lumbre estricta y evasiva de este arte narrativo.
1. Contar un cuento es saber guardar un secreto.
2. Aunque hablen en pretérito, los cuentos suceden siempre "ahora". No hay tiempo para más ni falta que hace.
3. El excesivo desarrollo de la acción es la anemia del cuento, o su muerte por asfixia.
4. En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, paradójicamente, si es demasiado brillante se olvida pronto.
5. Los personajes no se presentan: actúan.
6. La atmósfera puede ser lo más memorable del argumento. La mirada, el personaje principal.
7. El lirismo contenido produce magia. El lirismo sin frenos, trucos.
8. La voz del narrador tiene tanta importancia que no debe escucharse demasiado.
9. Corregir: reducir.
10. El talento es el ritmo. Los problemas más sutiles empiezan en la puntuación.
11. En el cuento, un minuto puede ser eterno y la eternidad caber en un minuto.
12. Narrar es seducir: jamás satisfagas del todo la curiosidad del lector.
He aquí el "Nuevo Dodecálogo de un cuentista":
1. Si no emociona, no cuenta.
2. La brevedad no es un fenómeno de escalas. La brevedad requiere sus propias estructuras.
3. En la extraña casa del cuento los detalles son los pilares y el asunto principal, el tejado.
4. Lo bello ha de ser preciso como lo preciso ha de ser bello. Adjetivos: semillas del cuentista.
5. Unidad de efecto no significa que todos los elementos del relato deban converger en el mismo punto. Distraer: organizar la atención.
6. Anillo afortunado: a quien escribe cuentos le ocurren cosas, a quien le ocurren cosas escribe cuentos.
7. Los personajes aparecen en el cuento como por casualidad, pasan de largo y siguen viviendo.
8. Nada más trivial, narrativamente hablando, que un diálogo demasiado trascendente.
9. Los buenos argumentos jamás pierden tiempo argumentando.
10. Adentrarse en lo exterior. Las descripciones no son desvíos, sino atajos.
11. Un cuento sabe cuándo finaliza y se encarga de manifestarlo. Suele terminar antes, mucho antes que la vanidad del narrador.
12. Un decálogo no es ejemplar ni necesariamente transferible. Un dodecálogo, muchísimo menos

Por Ramón Rocha Monroy - Columnista - 28/10/2010

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