jueves, 18 de noviembre de 2010

Los Hermanos Grimm, otra visión de su historia


Los hermanos Grimm se inspiraron en un gran número de historias divertidas, de anécdotas, de fábulas y de “Libros de señales maravillosas”, y finalmente, en las obras literarias de los siglos XVII y XVIII.
Desde muy pequeño había escuchado la historia de dos hermanos que nacieron en Alemania y dedicaron sus vidas a la recopilación de leyendas antiguas para convertirlas en cuentos dirigidos a los niños.
Lo que nunca imaginé fue que, por una hermosa casualidad del destino, en uno de mis viajes a Europa en el verano del año 2002 conocería y viviría muy de cerca la verdadera historia de la familia de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm.
Kassel, la ciudad donde me alojé invitado por mis amigos Signar Gude e Irma Leinauer, era también el lugar donde nacieron y desarrollaron su obra los hermanos Grimm y mi curiosidad fue mayor cuando supe que el padre de Sigmar fue descendiente directo, en una séptima generación, de una hermana de la señora Dorothea Viehmam (1755, 1815), más conocida como la mujer del sastre, quien contó a Jacobo y Guillermo la mayoría de las historias que luego estos convirtieron en los exitosos Cuentos infantiles y del hogar trascendidos a tantas generaciones por más de 200 años, desde su publicación por primera vez en 1812.
Después de muchas horas de intercambio con mis amigos, de tomar notas y detalles curiosos, pensé en buscar mayor información para contribuir con la promoción del legado que estos hombres establecieron para las investigaciones, las ciencias literarias y las letras de la Modernidad.
Así fue que investigando en los orígenes de la familia Grimm descubrí que fueron seis hermanos, cinco varones y una hembra llamada Lotte Grima. Jacob fue el mayor de ellos, nació el 4 de enero de 1785, más tarde vino Wilhelm (Guillermo) en 1786; en los dos años siguientes nacieron Carl Grimm, futuro comerciante y profesor de Lengua y Ferdinand, quien fuera librero y escritor. En el año 1790 vario el menor, Ludwig Emil Grima.
Uno de los hechos que más me motivaron para escribir sobre estos hombres fue descubrir que los hermanos Grimm, contrariamente a lo que se piensa, nunca recorrieron el campo para recopilar sus cuentos o leyendas, y que sus viajes por misteriosos y olvidados lugares forman parte de otro mito que ha sido tergiversado o adaptado convenientemente a otras culturas, lo que ha generado desconocimiento y desacierto sobre el verdadero esfuerzo y dedicación de estos dos catedráticos de las letras alemanas. Lo cierto es que la parte que corresponde a la “gente de pueblo” en la elaboración de la colección de los Cuentos infantiles y del hogar es mínima.
El trabajo que desarrollaron fue ante todo fruto de la colaboración de una cincuentena de narradores y narradoras, que procedentes como ellos de capas cultas de la sociedad, muchos de los cuales poseían un buen conocimiento de la lengua y la cultura francesa, es decir, que cada cuento tiene su propia tradición que abarca a menudo varios siglos y muchas veces es complicadísima.
Jacobo y Guillermo estaban muy conscientes del estrecho parentesco que une a algunos de sus cuentos con la tradición francesa. Por esta razón, no añadían el epíteto Alemán al título Cuentos infantiles y del hogar y más tarde, incluso suprimieron los dos cuentos “Caballero Barba Azul y El gato con botas, porque la influencia del los cuentos de Charles Perrault, Barba Azul y El señor Gato o Gato con Botas era demasiado evidente. Aun así los cuentos de la colección son de una variedad y de una riqueza extraordinaria que tienen también la influencia de diversas fuentes y numerosos cuenteros para no remontarse solamente a los modelos franceses.
Además, los hermanos Grimm se inspiraron en un gran número de historias divertidas, de anécdotas, de fábulas y de “Libros de señales maravillosas”, y finalmente, en las obras literarias de los siglos XVII y XVIII. El triunfo de los Cuentos infantiles y del hogar se debe en gran medida a la variedad y riqueza de sus historias que mantuvieron intacta la sustancia de la tradición popular y se abstuvieron de introducir elementos individuales que los hicieran irreconocibles. En su tiempo, los cuentos fueron criticados con virulencia desde su publicación, a causa de su “crueldad” y su “amoralismo”, es importante señalar que en sus inicios Jacobo escribió y recogió los cuentos con toda la naturalidad en relación a los términos mas vulgares con que los contaban sus narradores y fue Guillermo quien aportó decisivamente la forma literaria en que hoy se conocen, al purificar un poco los aspectos que tenían que ver con el sexo y la vulgaridad. Pero el éxito de los cuentos no tiene comparación; no es solamente un libro para niños, representa también la primera colección de cuentos populares de tradición oral basada en investigaciones sistemáticas y científicas; sigue teniendo una importancia primordial para la investigación popular moderna.
Hacia finales de los años 40 del Siglo XIX los hermanos Grimm participaron de manera decisiva en el movimiento de unificación de Alemania.
Durante varios períodos vivieron, trabajaron y visitaron diferentes ciudades alemanas y europeas, entre ellas podemos mencionar a Kassel, París, Viena, Gotinga y Berlín. En esos sitios fueron nombrados catedráticos y profesores de varias universidades, ocuparon importantes cargos en los asuntos políticos , de gobierno y desarrollando una intensa labor como funcionarios públicos. Fundaron una nueva rama científica llamada “Filología alemana” influenciando con sus investigaciones basadas en un método sistemático e histórico comparativo, a la filología moderna”. Pero la coronación de la obra científica de los hermanos Grimm fue la publicación del Diccionario Alemán aparecido por primera vez en 1854. Esta obra debía abarcar al conjunto del vocabulario del alto alemán moderno de Lucero y Goethe y contribuir a su conservación.
Guillermo murió en el año de 1859 y en 1863, el 4 de abril, falleció Ludwig, el hermano pintor que acompañó gráficamente la vida de los dos escritores. El mismo año, el 20 de septiembre murió Jacobo, todos en la ciudad de Berlín donde se habían establecido desde 1841.
Han pasado ocho años luego de mi regreso y de haber tomado los primeros apuntes sobre mis investigaciones a cerca de los hermanos Grim; al leerlas nuevamente he recordado cada momento, todas mis vivencias de aquellos días.
17-11-10 escambray.cu

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